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viernes, 17 de octubre de 2014

Peligro eléctrico en la vía pública

“Richard” Reinhard Klitzing

Técnico / Responsable de Mantenimiento
Oficial Radioelectrónico Marina Mercante


A raíz del fatal accidente ocurrido a mediados del mes de septiembre en la capital gallega cuando murió una niña de 14 años electrocutada al tocar una farola de alumbrado público, el fallecimiento de un chico de 18 años en Baleares en circunstancias similares y otra muerte a causa de una descarga eléctrica pocos días después, en este caso una niña de 12 años al bajar de una atracción de feria en una barriada de Los Palacios (Sevilla), tuve la ocurrencia de escribir este artículo, no solo para advertir sobre los peligros “invisibles” de la energía eléctrica, sino también como denuncia por la manifiesta dejadez y hasta negligencia de organismos, administraciones y personas del ámbito público en esta materia. Tres muertes evitables de personas con toda una vida por delante en un espacio de tiempo de menos de un mes hacen reflexionar y hervir la sangre.

En el ámbito laboral el tema de la seguridad y la prevención de riesgos se toman muy en serio y su incumplimiento puede acarrear severas consecuencias disciplinarias, y no sólo si ocurre un accidente. En el tema que nos ocupa aquí, el riesgo eléctrico, se me exige, como Técnico / Responsable de Mantenimiento, una alta implicación en que se cumplan las normativas al respecto. El mantenimiento y las revisiones no se reducen exclusivamente a las inspecciones obligatorias realizadas por un OCA (Organismo de Control Autorizado) periódicamente (por ejemplo cada 5 años), sino consisten también en inspecciones y revisiones de periodo mucho más corto. Esto incluye, entre otros, inspecciones visuales, mediciones de aislamiento y de toma de tierra, comprobaciones del Interruptor diferencial (cada mes) etc. Además debo atender sin demora cualquier anomalía o incidencia observada y reportada por personal de la planta u organización. La ausencia, por ejemplo, de la tapa de una caja de conexiones a 5 metros de altura donde nadie alcanza y en recintos donde circulan exclusivamente personas autorizadas, mayores de edad y con sus correspondientes cursos de Prevención de Riesgos Laborales (PRL) realizados, me puede costar un doloroso tirón de orejas.

Ahora bien: ¿Porque no se toman estas medidas en la vía pública? Allí el peligro se multiplica al circular personas no entrenadas, niños etc. Siempre cuando ocurre algún accidente de este u otro tipo puedo leer y oír las declaraciones oficiales “Que el equipo ha superado las inspecciones reglamentarias”, “Que tiene los papeles en regla” y bla bla bla. El mantenimiento va mucho más allá, como expliqué en el apartado anterior. Y no sólo esto! En el ámbito público debería haber también una mayor coordinación y capacidad de gestión de incidentes, competencias y responsabilidades. Luego debería haber también una formación básica de las fuerzas, organismos y autoridades implicadas en la seguridad del ciudadano, o sea bomberos, policía (municipal, nacional y guardia civil, gerencias de alumbrado público y sus subcontratas, salas de emergencias (112), suministradores de energía etc. para poder reconocer y atender correctamente y sin demora estos peligros “invisibles”.

Me llama profundamente la atención cuando recibo hasta indiferencia de parte de la sala del 112 o de policía municipal cuando reporto alguna incidencia de este tipo. Hace unos días me encontré, y no era la primera vez, con la tapa de un registro de acometida de suministro eléctrico abierta y con sus fusibles de cuchilla al alcance de la mano de cualquier persona que pasaba por esta acera, en la fachada de un edificio y a 1 metro de altura. Con otras palabras: 400V “invisibles” entre fases y 230V contra tierra, más que suficientes para matar a una persona al instante y más en un día lluvioso como aquél. Llamé al 112 y tuve que explicarles el peligro que esto entrañaba, no lo entendían. Luego recibí llamadas de varias personas de ENDESA (compañía suministradora donde vivo) si era de su competencia y otros. Ya me tuve que indignar. Les tuve que pedir que se dejen ya de tonterías, que seguro que era de su competencia, y si no fuera así que nos dé igual, que anulen el peligro inmediatamente y luego depuren responsabilidades y competencias y presenten la factura donde corresponda, y más, que yo era un simple ciudadano quien pasaba por allí y por suerte tiene nociones del tema. En anteriores ocasiones ocurrió igual.


Hace unos días, pensando en la elaboración de este post, cogí una cámara para captar incidencias de este tipo en un paseo matutino por el centro de Sevilla. No tardé mucho en avistar la primera. 


Los contactos del fusible están claramente al alcance fácil de la mano de un niño curioso. Este registro con toda seguridad está activo y tenemos 230V mortales contra el suelo.



No sabemos si esta acometida está activa. No llevo siempre un polímetro en el bolsillo. Si lo es sería un peligro mortal.




En este caso tampoco sabemos si está activa. Pude tratarse de una acometida antigua de la red 125/220V ya en desuso en casi todas las zonas. ¿Lo sabemos con seguridad? De todas formas es una auténtica chapuza y vergüenza.


Aquí vemos una tapa a punto de desprenderse por haberse desencajado en su enclavamiento superior. Una acometida activa con toda seguridad.

Las imágenes han sido tomadas en un paseo de una hora sin haber tenido conocimiento de las incidencias con anterioridad. Insisto de nuevo, estas irregularidades en un ambiente laboral con acceso restringido de personas me costarían un tirón de orejas doloroso y seguramente alguna acción disciplinaria. No me podría llamar ‘Responsable de Mantenimiento’ pasando por alto estos defectos altamente peligrosos.

Debemos tomar consciencia todos los ciudadanos sobre el riesgo de las instalaciones eléctricas defectuosas y reportar estas incidencias a las autoridades, y si éstas no reaccionan actuar con más insistencia y firmeza alertando sobre el peligro “invisible”.

Del mismo modo me atrevo exigir a las autoridades, gerencias y organismos públicos y los privados implicados en éste ámbito tomar medidas como, por ejemplo, formación básica (unas pocas horas) de operarios de salas del 112, policías etc. para poder gestionar adecuadamente los avisos y así evitar muertes estúpidas y totalmente evitables.

Lo expuesto en este post sobre los registros de acometidas eléctricas es totalmente extrapolable a otras incidencias, como farolas con el registro abierto o con otros signos de deterioro.