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jueves, 1 de agosto de 2013

Mercurio 2, LA2: "La mentira de las bombillas de bajo consumo", ¿Documental o Propaganda?


“Richard” Reinhard Klitzing

Técnico de Mantenimiento
Oficial Radioelectrónico Marina Mercante


A raíz de mi artículo Dilema ambiental, Lámparas de bajo consumo y mercurio me llegaron comentarios sobre un documental emitido por LA2 en junio de este año (2013), diciendo que la gente se muere al romperse una de estas bombillas, se ponen muy enfermos, que las lámparas contienen cantidades ingentes de mercurio, que hemos sido engañados, que lo ha dicho la tele y más.




Como desde hace años que no tengo televisor, y me perdí aquel documental en su día, lo busqué por internet pero RTVE ya lo tenía retirado de su página web, supongo por razones de licencia, hasta que lo encontré en youtube (no pongo enlace por derechos de autor etc. buscar: bombilla tve). Resultó ser una versión corta (58 min) de una película austriaca (Bulb Fiction, 2011, 136 min). Visioné las dos versiones más algún otro “documental” de la misma corte y procedencia y vi que había que decir algo al respecto.

Con este artículo no pretendo banalizar el peligro del mercurio, ni mucho menos y todo lo contrario. El mercurio, como otros metales pesados y compuestos orgánicos e inorgánicos nocivos directamente o indirectamente para el ser humano y el medio ambiente, representa una seria amenaza. Se trata ante todo de criticar una forma tan distorsionada de (des)informar a la audiencia. El film carece totalmente de pruebas y argumentos fundados para mantener las acusaciones vertidas salvo algunas excepciones. Recomiendo leer el arriba mencionado artículo.

Desde luego, triste la enfermedad del pequeño Max, achacada en el film exclusivamente al mercurio. Según los comentarios, la rotura de una bombilla de bajo consumo era la causante de su enfermedad , aunque nunca demostrado. Se podría pensar, si fuera así, en una extrema hipersensibilidad al mercurio o/y alguna otra enfermedad preexistente. También hablar de total inhabitabilidad de la vivienda después del vertido de 4 mg de mercurio, el contenido de la bombilla analizado o, en su equivalencia, de 4 kg de atún o pez espada (valor máximo permitido 1 mg/kg) me parece una auténtica barbaridad. ¿Qué pasaría entonces con miles de termómetros de fiebre (contenido de Hg: 1 g) y otros termómetros y barómetros y muchos de los antiguos interruptores minuteros de iluminación de escalera (10 - 20g) que se han roto?

Detestable el asunto del vertido de mercurio en Minamata (Japón) entre los años ’30 y 60 del siglo pasado. Las cifras más pesimistas (y probablemente más realistas) hablan de unos 17.000 afectados y 3.000 muertos, aunque el gobierno japonés reconoció hasta 2001 solo poco más de 2.000 afectados con derecho a reclamación de ayudas. Reprochable también la actitud tanto de la empresa causante como del gobierno, así como de organismos internacionales en la tardanza y resolución mostrando grave negligencia, igual que en otros episodios, de otros tóxicos, algunos más llamativos como Seveso y Bophal, y otros menos conocidos. Pero hay que mencionar que en el caso Minamata se vertieron en este periodo unos 81 toneladas (estimadas), el equivalente unas 40.000.000.000 de bombillas de bajo consumo modernas, de metilmercurio a un mar interior (con pequeñas aperturas hacia el exterior) de unos 100 km2 y solo 50 m de profundidad y cuya pesca sirvió como una de las principales fuentes de alimentos de la población local. 

Usar el argumento de las pésimas condiciones de trabajo en países de bajos sueldos, ante todo asiáticos, como argumento contra la lámpara de bajo consumo también carece de fundamento. Esta situación se puede dar en todas las áreas industriales con externalización de fabricación a estas regiones, véase los casos más recientes de incendios en la industria textil de Bangladesh. Es entre otros también responsabilidad, de las empresas contratantes en este mercado y  la prohibición de la bombilla de bajo consumo no cambiaría absolutamente nada.

Referente al reciclaje y eliminación de las lámparas de bajo consumo también se puede observar algunos disparates.  En el minuto 40 se puede ver como un ciudadano recorre muchos km para encontrar un punto donde depositar su lámpara de bajo consumo agotada, punto que abre una vez al mes durante una hora. Me lo creo, hay que recorrer muchos km para encontrar un depósito así, ya que la mayoría tiene un horario mucho más amplio y prácticamente todos los días. También podría depositar la lámpara en su proveedor de bombillas habitual, que está obligado a aceptarla cuando se compra material nuevo. He encontrado en el área de Bruselas, donde tiene lugar el episodio mencionado, muchos ‘puntos limpios’ (Pero no he podido sacar detalles por conocer bien ni el Francés ni Neerlandës). En cada país de la UE existen organizaciones que se encargan de la recogida selectiva de residuos electrónicos y lámparas de descarga (RAEE). En España la más importante es AMBILAMP que tiene repartidos en el país unos 26.000 puntos de recogida (2012), unos 17.000 en pequeño comercio y otros 9.000 entre puntos limpios, grandes consumidores, gestores de residuos, distribuidores etc. consultando su web he podido encontrar más de 15 en un radio de 1 km desde mi domicilio, un paseo de 10 minutos.

Poniéndome en contacto con AMBILAMP, desde allí me aseguraron además que los establecimientos colaboradores reciben, aparte de los contenedores de recogida diferenciados para tubos lineales y tubos compactos y LED, la siguiente documentación para su estudio: MANIPULADO LAMPARAS y MANUAL 2.0.

Retratar la mala práctica en un centro de reciclado tampoco es un argumento válido, tratándose de un solo centro y no de esta industria en general. Faltas y negligencias en seguridad, salud, protección ambiental y buena práctica se cometen por desgracia en todos los sectores y deben ser ¡siempre! objeto de denuncia. ¿pretendemos acaso prohibir la actividad de la construcción porque existen unas pocas empresas, gerentes, responsables que no proporcionan a sus trabajadores los equipos de protección prescritos? 

En lo que al tan criticado almacenamiento del mercurio reciclado se refiere, se debe que en Europa existe prohibición de exportación de mercurio para evitar entre otros malas prácticas en algunos países, que se pretende una prohibición internacional de la producción de mercurio por fuentes naturales y así restringir el uso a mercurio reciclado y que para el almacenamiento se opta por lugares seguros y geológicamente estables y “elásticos” como antiguos yacimientos de sal mineral (por ejemplo Untertagedeponie Herfa-Neurode en Alemania). Esta práctica es necesaria de todas formas por existir un exceso de mercurio a raíz de la prohibición de su uso en termómetros y otras aplicaciones donde no es estrictamente necesario salvo algunas aplicaciones especiales, y su retirada de circulación. Combinando mercurio metálico con azufre se obtiene el a temperatura ambiente mucho menos peligroso sulfuro de mercurio (cinabrio).

Buscando información sobre la película, su autor y los “expertos” que pululan por ella, me llamó la atención de un artículo en alemán del físico Dr. Rüdiger Paschotta, criticando duramente el film y muy parecido a lo que tenía en mente. Le pedí permiso para traducirlo y difundirlo en español a lo que accedió, naturalmente bajo las condiciones habituales de mantenerlo inalterado y fiel al original, y mencionando las correspondientes fuentes.

Un hecho curioso llama la atención: buscando información en internet no se encuentra apenas nada serio sobre los “expertos” exceptuando autobombo en sus páginas web, aportes en revistas y páginas afines a sus ideas nada convencionales y alejadas de la comunidad científica en general, y sus opiniones como “expertos” que los medios de información repiten como loros. Dos excepciones son el Eurodiputado Holger Krahmer y el Dr. en Economía por la Universidad de Princeton Max Otte, de quienes sí se encuentran referencias sólidas.

Uno de los primeros “expertos” es el Dr. Joachim Mutter, conocido por su campaña contra la amalgama empleada en odontología, su cercanía a círculos esotéricos, anti-vacunista y una secta suiza “Anti-Zensur-Koalition”, pero no por alguna información, artículo u otro en alguna publicación seria y reconocida por la comunidad científica.

Otro “experto”, no aparece en el documental emitido por LA2 pero sí en la película y en otro documental del mismo cuño, es Wolfgang Maes, (autonombrado) “Baubiologe” (Biólogo de Edificación), término acuñado en Alemania , y periodista. La “Baubiologie” tiene como objeto el estudio de la relación biológica de los seres vivos, en concreto los humanos con su medio construido. “Baubiologe” no es una profesión reglada, así todo el que quiera puede usar este término con independencia de su formación académica, si es que la tiene. Existen institutos, organizaciones e investigadores serios que se dedican a la biología de edificación, pero por desgracia también profanos y hasta charlatanes y cantamañanas pueden usar este término sin problemas. Lo mismo se puede decir de la profesión del periodista.
Igual a la mayoría de los “expertos” consultados carece totalmente de un perfil público serio, sin formación documentada – dice que estudió en Alemania y en el extranjero, sin aportar nunca algún documento o certificado, y haber trabajado durante 17 años como periodista para un importante periódico sin mencionar cual – y exhibiéndose rodeado de instrumentos y artilugios que nadie sabe que son y para qué sirven (al menos en su conjunto. Recuerdo constelaciones curiosas como estas en producciones baratas de ciencia ficción de los años '60). Su ámbito abarca ante todo el denominado electro-smog, contaminación por radiaciones electromagnéticas. Las mediciones para demostrar sus teorías suele realizar con aparatos desarrollados por él y su equipo y que emiten algún ruido según los acerca o aleja de la supuesta fuente de radiación nociva, pero nunca con equipos homologados y tarados y sin resultados contrastables.

Personalmente pienso que el “electro-smog”, radiaciones electromagnéticas que nos rodean en nuestro moderno y tecnificado entorno provenientes de fuentes de un amplio espectro electromagnético como teléfonos móviles, WiFi, líneas de alta, media y baja tensión, televisores, electrodomésticos y un muy largo etcétera, debe ser tema de investigaciones serias por el actual desconocimiento de efectos que podrían  tener o no, y en qué forma y alcance, sobre el organismo, pero no de manera intransigente como la muestra Wolfgang Maes y otros de su especie.

Gad Giladi, otro de los “expertos”, propietario de “Giladi Associates sprl” y presidente de la “European Light Designers Association” de 2003 a 2005, muestra el equipo de “emergencia” a usar en caso de rotura de una lámpara de bajo consumo, conteniendo buzo, botas, químicos absorbentes para mercurio y más, propio para un caso de accidente nuclear. Es curioso que un tan “renombrado experto” y su empresa ni siquiera disponga de una página web y su perfil en Linked-in sea el más cutre y escueto que he podido ver. No he podido averiguar a qué se dedica realmente.

Así podríamos seguir con el resto de los personajes, el autor y realizador incluido. De Christoph Mayr encontramos un perfil de Linked-in igual de cutre que el de Gad Giladi, y los únicos datos sobre su curriculum he podido encontrar en la página web de su film “Bulb Fiction”. Pienso que, personas serias, me gustaría e intento incluirme entre ellos, quienes comunicamos una opinión o datos a un público, sea reducido o amplio, debemos ofrecer un perfil contrastable que muestre nuestra vida profesional, igual como lo hace Dr. Rüdiger Paschotta cuyo artículo a continuación traduzco.

Tirón de oreja también para los responsables, redactores y periodistas de los medios de comunicación, ante todo los estatales, por presentarnos una cosa así como “documental”, pasando por alto toda carencia de pruebas y argumentos sólidos, y sin haber contrastado las acusaciones vertidas.

Finalmente, por eso no menos importante, se pone en entredicho la labor de organizaciones y personas comprometidas seriamente y con ahínco en temas ambientales y de salud.
En fin, para mayor rigor científico prefiero películas como “G.I. Joe” y “Terminator”, concebidas para entretener, y sí lo hacen.


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Bulb Fiction: una película de propaganda contra la lámpara de bajo consumo



Traducción: "Richard" Reinhard Klitzing


La película “Documental” bulb fiction debe difundir entre profanos miedo y angustia y muestra la introducción de la lámpara de bajo consumo como un crimen consumado en consumidores y medio ambiente por siniestras “lobbies”. La crítica empleada en este artículo sin embargo muestra que las aseveraciones realizadas se derrumban una tras otra cuando son analizadas rigurosamente. Que los medios caían masivamente en la trampa muestra un descarado fracaso de una mayoría del gremio periodístico.

(Un aspecto importante - el fomento de una injustificada histeria relacionada con el mercurio – ha sido ampliamente discutido por mí en el artículo “Lámparas de bajo consumo: peligro mortal por mercurio?” (1). He ahora aquí una crítica más extensa sobre el film  y más abajo sobre el fracaso estrepitoso de diversos medios de comunicación. Programas de TV parecidos como “Ausgebrannt – das Ende der Glühbirne” (quemado, extinguido, apagado – el final de la bombilla incandescente) del 19.04.2012 en 3sat (tv privada) y “Giftiges Licht” (Luz venenosa) del 08.08.2012 en ZDF (tv pública alemana) difundían los mismos disparates que “Bulb Fiction”.)

El 31.05.2012 el film “bulb fiction” llega a los cines alemanes, después de haber sido expuesto en cines austriacos desde septiembre 2011. Ya un reportaje nada crítico sobre la película en el programa ““titel thesen temperamente” del 29.04.2012 mostraba a este filme como un producto totalmente parcial y extremamente distorsionante de la situación. Mientras tanto, pude ver la película en toda su longitud y analizarla de forma detallada y rigurosa.  En los siguientes apartados se discuten todos los principales argumentos con los que se justifica el rechazo categórico e intransigente de las lámparas de bajo consumo. Se revela que con un examen crítico no se mantiene apenas nada de consistencia que podría justificar la declaración básica: La lámpara de bajo consumo es obra del diablo y debe estar prohibida!

Ya que algunas personas desde internet me han acusado sin base ninguna que ejerzo trivialización por encargo de algunas “Lobbies”, declaro desde aquí expresamente: me hallo en este caso totalmente independiente de cualquier lobby, y especialmente, no recibo compensación ni monetaria ni de otra forma de ninguna de las partes relacionadas con estas actividades. Solo defiendo lo que, según mi mejor saber y consciencia, representa la verdad y es resultado de reflexiones razonables y lógicas.




El peligro del mercurio – expuesto de forma exagerada

El pilar central para la demonización de la lámpara de bajo consumo es la aseveración que el mercurio que contiene es extremadamente peligroso. De hecho, el mercurio es una sustancia muy tóxica. Sin embargo hay que tener en cuenta que su toxicidad es determinada por su cantidad. Aunque la película muestre un caso de Baviera en el que una lámpara rota durante su funcionamiento supuestamente hizo enfermar gravemente a un niño y, supuestamente, hizo inhabitable la vivienda, sin embargo, para el esclarecimiento de la pregunta si unos pocos miligramos de mercurio pueden desencadenar todo esto, sorprendentemente no aporta nada. En todo caso y según conocimientos actuales de toxicología sería pensable únicamente una hipersensibilidad (alergia) extrema, pero no una intoxicación propiamente dicha.

Interesante ver quien ha sido empleado como “Especialista en Intoxicaciones por Mercurio”: el conocido como crítico de amalgamas (dentales) Dr. Joachim Mutter. Que éste está al parecer en guerra constante con la ciencia y la medicina basada en evidencias, pudiendo explicar la inconformidad suya con la comunidad de sus colegas al parecer únicamente con teorías de conspiración, no se aclara en el filme, al contrario a la página web Psiram.com, “Wiki de los sistemas de persuasión irracionales” (Wiki der irrationalen Überzeugungssysteme). A saber, Dr. Mutter ha destacado con diversos trabajos en el sector esotérico, como relacionados con “electrosmog”, grupos fanáticos anti-vacunación, sanadores espirituales y mantas de protección contra radiaciones de origen geológico. Al espectador probablemente hubiera gustado ser informado sobre todo esto, pero con toda seguridad recibe esta información por primera vez aquí.

Al menos insinuaba Dr. Mutter que enfermedades preexistentes debieran jugar un rol en la dolencia del niño. (Destaca fuertemente la sospecha que mercurio pudiera aumentar gravemente la sensibilidad hacia otros agentes tóxicos; respecto a esto aún me gustaría consultar a reconocidos Toxicólogos y comprobar si los pretendidos conocimientos están documentados en la literatura especializada o son solo “conocimientos del haber oído”). A pesar de las enormes incertidumbres (por ejemplo enfermedades preexistentes no aclaradas) el caso de Baviera parece ser el más indicado como “prueba” de la enorme peligrosidad de la lámpara de bajo consumo; de otra forma se hubiera reportado sobre otro caso. Y por supuesto la película despierta la sensación que el mercurio fuera la causa determinante de la enfermedad, a pesar de la entrada a la casa de solo unos pocos miligramos de mercurio, y la inhalación por parte del niño de una presumiblemente pequeña fracción de éste. Es realmente asombroso que, décadas después de la introducción de los tubos fluorescentes, que contienen más mercurio que las lámparas de bajo consumo y a veces también se rompen,  por lo visto no se puede encontrar ni un solo caso que fundamente sus afirmaciones.

Ya que la problemática del mercurio ha sido discutida ampliamente en ref.(1), no es necesario repetir aquí detenidamente detalles, como el dato revelador que en la UE una Lámpara de este tipo está limitada en su contenido de mercurio al equivalente del permitido en 5 kg de atún (actualmente ya 3,5 kg). ¿Exige acaso alguien la prohibición del consumo de pescado, ya que éste contribuye en mayor medida a la exposición al mercurio de la población?


Trabajadores expuestos

Que trabajadores que montan o manipulan lámparas bajo condiciones deplorables, no como por ejemplo en Alemania, podrían estar sometidos a una inquietante exposición al mercurio es seguramente cierto, esto naturalmente no se puede aceptar ni pasar por alto, sin embargo ni se puede responsabilizar al consumidor, quien incluso en caso de rotura está mucho menos expuesto, ni solucionar con una prohibición de las lámparas aquí. De las situaciones penosas mostradas se concluye razonablemente que, ni más ni menos, en muchos lugares hace falta una considerable mejora en temas de protección de salud y condiciones laborales.



Errores bochornosos de un físico

La resolución de la UE sobre las normas de eficiencia de aparatos luminosos (“prohibición de la lámpara incandescente”) se basa esencialmente en un estudio del instituto belga VITO (Vlaamse Instelling voor Technologisch Onderzoek, Instituto Flamenco de Investigaciones Tecnológicas). Otro experto incluido en la película, un Físico de la TU Wien (Universidad Técnica de Viena) expuso a este estudio como totalmente acientífico, cometiendo él mismo errores bochornosos. De pronto calificaba como broma el hecho de haber examinado solo 5 lámparas por su contenido en mercurio. Sin embargo no hay evidencias que los autores del VITO hubieran sacado alguna conclusión no justificada de ello. Ellos pretendían analizar el contenido típico de mercurio mediante unas muestras al azar, y, sorprendentemente, llegaron a la conclusión (ni siquiera cuestionada en el film) que el contenido promedio de las lámparas era algo inferior del permitido. Sí desde esta serie de mediciones hubieran concluido que nunca podrían existir ejemplares salidos de la norma, sería totalmente acientífico, pero en ningún momento han obrado así.

Muy sorprendente luego la opinión de que no se podría determinar el contenido de mercurio rompiendo la lámpara porque el mismo se escaparía inmediatamente en forma de gas. Parecía desconocer que el mercurio, al contrario del helio empleado por él como ejemplo, no se evapora tan fácilmente y solo una pequeña fracción de éste se hubiera fugado en forma de gas – realmente remarcable para ser un físico. Su propia ignorancia sin embargo formaba la base para mostrar como incompetentes a los autores del estudio. También resulta de ello la conclusión que la UE utiliza métodos de medición inadecuados.

Además: los resultados del análisis propio hecho por este físico en una lámpara coinciden totalmente con los obtenidos por VITO. Curioso: según sus conocimientos sobre las propiedades del mercurio VITO tendría que haber encontrado cantidades muy inferiores. Pero tan evidentes discrepancias al parecer ni le importaban a él, ni a los realizadores del film.


Un diseñador de iluminación como experto en mercurio

El diseñador de iluminación Gad Giladi tien la palabra en varias ocasiones como supuesto experto. Por ejemplo asevera que, para la limpieza después de una rotura de lámpara se precisa un amplio y difícilmente manejable kit de emergencia que cuesta unos 130€. Pero permanece su secreto la necesidad de tan complicado procedimiento si, como es sabido, bastan actuaciones muy sencillas (véase por ej. Ref (1)). Tales kits de emergencia han sido desarrollados para cantidades mucho mayores de mercurio, y en este caso serían un remedio más que excesivo. En la película sirven naturalmente como “prueba” como se distribuyen las lámparas entre la población de forma criminal e irresponsable, sin que se les proporcione las preceptivas medidas de seguridad.

Sorprendente también el veredicto de Giladi que un consumo mayor o menor de energía eléctrica no cambia nada en la cantidad de su producción. Tan manifiesto disparate al parecer no ha sembrado ninguna duda sobre la competencia del experto por parte del autor de la película.


¿La paradoja del mercurio resuelta?

La paradoja del mercurio consiste en que el empleo de lámparas incandescentes origina mayor polución por mercurio que el empleo de lámparas de bajo consumo, aunque las primeras no contengan este metal pesado. Esto resulta de las emisiones de mercurio de las centrales eléctricas de carbón, más necesarias con el uso de bombillas convencionales.

Ahora, en el film Kevan Shaw de la PLDA (Professional Lighting Designer’s Association) opinaba que la paradoja del mercurio se había calculado artificialmente empleando valores altos poco realistas para el carbón empleado.  Otra vez un cálculo rápido muestra lo contrario. La nueva y polémica central térmica de carbón en Moorburg cerca de Hamburgo está autorizada de emitir en sus humos 67.5g Hg por hora (3), tanto como el contenido máximo permitido de más de 19.000 lámparas de bajo consumo nuevas. Cantidades adicionales se vierten con las aguas residuales. Esto se puede extrapolar fácilmente a cada kW/h y a continuación a la cantidad de energía que precisan bombillas convencionales de 60W durante 5.000h (valor más bien pesimista de la supuesta duración de una lámpara de bajo consumo), El resultado son unos 12mg, 3,5 veces la cantidad de la permitida en lámparas de bajo consumo desde 2012. Ahora, el ahorro energético afecta también parcialmente a centrales térmicas de gas donde no pueden reducir emisiones de mercurio por no emitirlo, por otro lado muchas centrales de carbón más antiguas muestran emisiones más elevadas.


Tabla 1: gastos en fabricación y funcionamiento durante 5.000h con diferentes medios de iluminación. La fabricación y eliminación de una lámpara de bajo consumo consume por un lado significantemente más energía que la de 5 bombillas incandescentes. (las cifras provienen de “Hessen Energie” y probablemente son datos estimados.) Sin embargo es más importante el gasto energético durante el funcionamiento para el balance final. Incluso si solo una parte de la energía proviene de centrales de carbón, la contaminación es más alta con el empleo de lámparas incandescentes. Lo mismo vale para el mercurio, aunque las emisiones estimadas pueden variar de una central a otra. El mercurio emitido por centrales térmicas es finamente distribuido en el ambiente, el contenido en las lámparas puede y debe mantenerse retenido mediante manipulación adecuada. Aún lo que se deposita en la basura doméstica no llega al medio ambiente en todo su volumen.

 Salvadores de la bombilla incandescente gustan calcular a la baja aplicando la media europea con solo apenas un 30% de participación del carbón en el total. Pero esto no tiene sentido, ya que la reducción de consumo no afecta por igual a todas las centrales eléctricas: a centrales hidráulicas, fotovoltaicas y eólicas prácticamente nada, ya que con seguridad no se deja sin aprovechar estas energías. Tampoco afecta a las centrales nucleares que son empleadas si es posible bajo carga máxima. La producción de centrales térmicas al contrario se reduce proporcionalmente más, mucho por debajo del cálculo basado en la media de las distintas fuentes.

Pasa desadvertido muchas veces que con las lámparas se tiene la posibilidad de evitar la polución mediante buen reciclaje, mientras las centrales térmicas distribuyen el mercurio finamente y sin remedio en el medio ambiente.

Que un diseñador de iluminación entienda menos de estas cosas que un experto en energía seguramente se puede perdonar. ¿Pero porque se apoya el film precisamente en éste, si además niega datos ampliamente reconocidos? 


Parpadeo y “electrosmog”

El biólogo de edificación Wolfgang Maes sostiene en la película que lámparas de bajo consumo causan parpadeo y electrosmog. El mencionado parpadeo es de tan alta frecuencia que el ojo no lo percibe. Que podría tener aún algunas repercusiones es opinable en un principio, sin embargo carece de fundamentos con los conocimientos actuales. Señor Maes mismo dice en varias ocasiones, que no se conocen repercusiones biológicas. Sin embargo esto no le retiene difundir grandes preocupaciones sobre la enorme polución por parpadeos luminosos, como si esta polución hubiera sido probada o fuera al menos plausible. Le parece suficiente para evaluar el potencial dañino el valor de la frecuencia, lo que naturalmente no tiene ningún sentido.

Algo parecido pasa con el electrosmog: desde hace años hay quejas desde ciertos círculos sobre supuestas enormes daños para la salud (por ejemplo después de la instalación de antenas de telefonía móvil, a veces incluso antes de su puesta en funcionamiento!), y el ya arriba mencionado Dr. Mutter también sostiene que muchas personas fueran “electro-sensibles”. Que los efectos supuestamente tan evidentes nunca han podido ser demostrados de manera convincente para la comunidad científica debería hacer dudar a uno excepto, naturalmente, se recurre de nuevo a una teoría de conspiración...

Visiblemente se trata aquí de sistemas de creencias que no se dejan influenciar por consideraciones racionales. Desafortunadamente parece haber muchas personas que toman más en serio cualquier supuesto peligro carente de cualquier prueba, que los problemas muy reales relacionados con emisiones de gases de efecto invernadero y adicionales emisiones tóxicas de centrales de carbón que se producen por la continuación del uso de bombillas incandescentes.


¿Resta eficacia al ahorro energético el comercio de emisiones?

Un Argumento, por supuesto nada convincente, escuchado ya en otro lugar del economista ambiental Andreas Löschel, consistía en que adicionales medidas administrativas para el ahorro energético no ayudarían al medio ambiente debido al comercio de emisiones. Visto estrictamente podría parecer lógico: En el marco del comercio de emisiones está limitada la totalidad de las emisiones de dióxido de carbono permitidos, por ende aparentemente no influenciable por mayor ahorro energético, pero solo aparentemente, y eso por dos razones:

-      -      Implícitamente se supone, para mantener este argumento, que los límites superiores de emisiones caían más o menos del cielo. En realidad estos límites están negociados políticamente, naturalmente respetando lo tecnológicamente posible y lo económicamente aceptable. Si ahora la política prescindiría por ejemplo de la introducción de las lámparas de bajo consumo, se reducirían los márgenes de lo económicamente aceptable, y en consecuencia a más tardar en la próxima ronda de negociaciones se aumentarían los límites de emisiones.

-       -     Otro implícito supuesto, pero tampoco cierto, es que el comercio de emisiones después de todo funciona. Sin embargo no es el caso todavía en la UE: Es sabido que se han expedido (gratuitos) tantos certificados de emisiones que su precio de mercado bajaba enormemente, dejando de existir así un verdadero estímulo para reducir emisiones de CO2 mediante esta vía.

Acaso se puede esperar en el futuro hacer operativo el comercio de emisiones en la UE mediante la expedición de menos certificados. Por ello aboga Andreas Löschel, por supuesto con razón. Aun cuando esto se consigue queda todavía el problema mencionado antes. Por lo tanto de momento hay que asumir que el comercio de emisiones no cambia nada en la reducción de CO2 mediante la “prohibición de la bombilla incandescente”.

Por otro lado se podría y debería luchar contra la influencia de aquellas lobbies en la UE que hasta ahora han conseguido hacer inoperativo el comercio de emisiones mediante la forma arriba discutida. Si en vez de esto “bulb fiction” dirige todos sus ataques contra la industria de iluminación, se desvía la atención del problema real.




¿Ningún ahorro energético ni reducción de emisiones de CO2 destacable por uso de lámparas de bajo consumo?

En algunos círculos gusta también hacer parecer ineficaces ciertas medidas comparándolas con cosas con las que no tienen relación alguna. Así, reducciones de emisiones de CO2 de 15 millones de toneladas en la UE alcanzables solo por el empleo de lámparas de bajo consumo serían, según dicen, insignificantes si se compara con las emisiones globales de UE o China. La única comparación razonable es sin embargo la de costes (en el amplio sentido) con los beneficios de la misma medida. Pero esta molestia no se toma en la película.

Además: ¿Sería acaso superfluo comprometerse en contra del despilfarro en un proyecto estatal completamente inútil de 100 millones de € porque solo representa una pequeña fracción del presupuesto de la UE? ¿O más, deberíamos mejor comparar con el producto social bruto mundial para comprender que de todas formas cada esfuerzo contra el despilfarro es inútil? Naturalmente, estos argumentos son absurdos, basándose en exactamente la misma “lógica” empleada en la película en el tema de las lámparas.

A nivel mundial, el 45% de emisiones de mercurio tiene su origen en centrales de carbón (4), en contra de solo una pequeña fracción que proviene de las lámparas. Tampoco de ello se debe deducir que la contaminación por mercurio por lámparas no tenga relevancia. Donde es posible reducirla se debe hacer, pero sin dejar de tener presente que tiene más importancia el retroceso de centrales térmicas de carbón, también con motivo de otras sustancias tóxicas como cadmio, plomo, arsénico, uranio, torio etc. además de los riesgos climáticos. Y precisamente esto permite la sustitución de lámparas incandescentes por lámparas de bajo consumo: En la UE se podrían evitar así varias grandes centrales térmicas de carbón.

Por supuesto es cierta la existencia de otras medidas que permitirían una aún mayor reducción de CO2 que la prohibición de bombillas incandescentes, por ejemplo programas para reforzar el saneamiento energético de edificios. Pero no por ello resultaría inútil empezar con esta prohibición. Ya solo por ser muy atractiva económicamente. Los costes calculados para el consumidor de la reducción de CO2 no solo son bajos, sino incluso negativos: ahorran más en la factura de la luz de lo que pagan en la adquisición de las lámparas. Y esto sin que le suponga grandes inversiones por parte del estado. Esto desgraciadamente es distinto por ejemplo en programas de saneamiento energético de edificios, allí los ahorros en costes de energía son poco estables, ante todo por la dificultad de pronosticar tendencias de precios en petróleo y gas. Esencialmente por ello es difícil la constitución de este tipo de programas, primero hay que emplear mucho dinero para ellos, aunque presumiblemente al final resultaría beneficioso por riesgos climáticos evitados (además también por la reducción de riesgos por dependencias de importación). Por lo tanto es totalmente comprensible y razonable que la UE empezó con la prohibición de las lámparas incandescentes, antes de estar preparada para la implantación de otras medidas. Resumiendo, no implementar una medida practicable de reducción de riesgos climáticos solo por la existencia de otras medidas de mayor potencial pero económicamente difícil de calcular, sería irracional.





¿Greenpeace como parte de la conspiración contra consumidores y medio ambiente?

A pesar de un previo y desfavorable estudio sobre las lámparas de bajo consumo realizado por Greenpeace por iniciativa propia, pronto decidió apoyarlas como sustituto para las lámparas incandescentes. En la película se presentó de manera como si se hubiera dejado dictar su posición por la industria sin importar demasiado la verdad. Si fuera ello verídico, sería realmente un enorme escándalo. La posibilidad de que Greenpeace se dejó convencer por argumentos sólidos, y de que los argumentos de sus propios colaboradores resultaron no ser convincentes parece ser excluida por los autores de la película. Precisamente puede argumentar a favor de la seriedad de una organización el hecho de cambiar una opinión salida de sus propias filas después de su discusión con expertos externos. Solo quienes no pueden entender a pesar de extensamente fundados argumentos que personas abiertas y de buenas intenciones puedan llegar a otra conclusión por sopesar y evaluar razonablemente argumentos que ellos son capaces de atribuir de esta forma una oscura y siniestra conspiración con la tan malvada industria.





¿comisiones de la UE bajo la influencia de la industria de iluminación?

En la película se argumenta repetidas veces que las decisiones sobre la Directiva sobre Diseño Ecológico (2009/125/EG, prohibición de incandescentes) fueron concebidas en un proceso totalmente opaco, no democrático y manipulado por la industria. Especialmente se suscita la impresión de que se hubiera eludido al Parlamento Europeo. El parlamentario Holger Krahmer sostiene además (también de nuevo hace poco en un programa televisivo) que en el comité decisivo (dentro del marco del procedimiento comitológico de la UE) hubieran con toda seguridad participado dos representantes de los grandes fabricantes de iluminación. Además dijo que la composición de la comisión fuera secreta, así que las influencias de lobbies no hubieran sido perceptibles si él no lo hubiera descubierto (mediante fuentes no nombradas).


La verdad desde luego parece otra:

-     -       La UE ejerció aquí, igual que en otros casos, un procedimiento profuso de consultas durante años, para incluir todos los posibles interesados. En el amplio sentido de la palabra son los afectados, por ende no solo los fabricantes, sino también por ejemplo diseñadores de iluminación así como representantes de organizaciones de protección del medio ambiente y de los consumidores. También algunos de los críticos aparecidos en la película estaban presentes con la posibilidad de aportar cualquier argumento para someter a amplia discusión. Las consultas fueron realizadas de forma totalmente transparente: cualquiera puede descargar desde internet (sin clave acceso) cientos de páginas (5) en las que se documentó meticulosamente cuales de las organizaciones aportaban cuales propuestas, críticas u objeciones y como éstas han sido tratadas y respondidas. En este procedimiento se sentaron las bases para las siguientes decisiones.

-     -       A la comisión, en contra, no pertenecía ningún fabricante ni otro miembro de algún lobby, sino solo representantes de todos los estados miembros. No se les nombra personalmente, su identidad carece de relevancia, ya que se limitaban a votar por encargo de sus respectivos países. De todas formas, la comisión introdujo únicamente pequeñas modificaciones, y no precisamente en el sentido de una pronta prohibición de las incandescentes, sino al contrario, se ampliaron algunas reglas de excepción.


-      -      En la primera ocasión para votar sobre la directiva de diseño ecológico el parlamento europeo prescindió de ello, al parecer porque los parlamentarios no veían necesidad para ello. Al manifestarse protestas también en el sector político se recuperó una votación para el 17.02.2009. esta votación se desarrolló por supuesto respetando varias críticas que sin embargo se mostraban insustanciales. La postura de rechazo del diputado Holger Krahmer simplemente no halló mayoría.



A la luz de estos hechos parece muy descarado hablar de un proceso de votación manipulado por los fabricantes y nada democrático y azuzar con ello a la ciudadanía. Al contrario, las afirmaciones del Sr. Holger Krahmer y su empleo en el film “Bulb Fiction” deben contemplarse como grosero engaño del público, por lo visto con el afán de ganarse el electorado como arrojado luchador contra la burocracia europea. El amplio y totalmente transparente procedimiento de consulta no se menciona ni una vez. La acusación de intransparencia se muestra como totalmente absurda; ¿qué otra institución actúa de manera siquiera aproximadamente transparente? Por lo demás parece ser una invención de Holger Krahmer la supuesta participación secreta de los fabricantes en decisiones, que de todas formas no se alejaban apenas de la base elaborada con transparencia. Aún si hubiera un ápice de verdad en ello, tendríamos el caso de gobiernos individuales influenciados por lobbies, pero no un problema a nivel de la UE. Una opinión al respecto de mis exposiciones solicitada al Sr. Krahmer no ha sido lograda hasta el momento.

También es, aparte de los datos concretos, extremadamente irresponsable perturbar masivamente el discurso político tan importante, y hasta envenenarlo mediante acusaciones falsas e inconsistentes. En vez de aportar a un discurso objetivo, realista y constructivo, muchas ciudadanas y ciudadanos son azuzados contra las instituciones europeas transmitiéndoles la impresión que UE-burócratas hubieran decidido para perjuicio de la población, guiados por lobbies de la industria y por encima de los afectados. A saber: influencias perjudiciales para la población de parte de industrias habrá seguramente a menudo, y es preciso combatirlas, pero, por supuesto, con imputaciones concretas y documentadas, donde son legítimas. Al bien de la población no le sirve sembrar recelos a base de sospechas infundadas.


Publicidad para calefacción eléctrica “de increíblemente alta eficiencia”

Los defensores del “heatball” (bola calefactora)  encontraron original la idea poner en el mercado bombillas incandescentes como “aparatos calefactores” (con el efecto secundario tan útil de la generación de luz) para sortear así las normas de eficiencia para lámparas. “Bulb Fiction” hasta permitió a esta gente recomendar a estos heatballs como medio de calefacción con una eficiencia increíblemente alta. Que es sabido desde hace mucho tiempo que de ineficiente se muestra la calefacción eléctrica, y de nuevo no le molestaba al parecer a nadie. Pero la indignación contra los malvados UE-burócratas, que desgraciadamente no eran tontos para reconocer los heatballs como bombillas, se deja presentar de nuevo.


El inventor de la bombilla eterna, otra víctima de la conspiración

Otra muestra de siniestras maquinaciones de la industria le sirve a la película con la historia de Dieter Binninger. Dieter habría desarrollado una “bombilla eterna” con una vida útil extremadamente larga con la misma potencia luminosa y consumo como la de una normal. Incluso se sugiere que el accidente de su avión privado tenga alguna conexión con su enfrentamiento con la industria de las lámparas. Al parecer un asesinato encubierto, aunque no se menciona explícitamente.

Echando simplemente un vistazo a la Wikipedia (7) por lo menos hubiera provocado masivas dudas en esta historia, eso, si hubiera querido dudar alguna vez de la saga de las lámparas. Para físicos no hay evidencias  que el compromiso entre eficiencia energética y duración basado en leyes de física y bien conocido desde hace décadas pudiera ser pasado por alto. (La duración aumenta sustancialmente bajando la temperatura del filamento, pero en consecuencia disminuye aún más la eficiencia.) La patente de Binninger desde luego no lo aclara de forma comprensible y los supuestos 150.000h de duración se basan en errores de cálculo demostrables, y no en mediciones. Plausible es en todo caso lograr tal duración en combinación con una más que deficiente eficiencia. Existen las así denominadas lámparas de señalización o pilotos que están optimizadas para una larga duración de más de 10.000h, pero incluso con una potencia relativamente alta de 100W muestran una eficiencia por debajo de 8 lm/W (aunque son ofrecidos por un conocido fabricante como muy eficientes); Esta es solo la mitad de eficiencia de lámparas convencionales. Por lo tanto no es posible conseguir una duración mucho mayor sin reducción sustancial de eficiencia, las leyes de física lo impiden.


Conclusión: ningún documental, sino pura propaganda

Queda claro que “Bulb Fiction” de ninguna manera es un auténtico documental, sino pura propaganda. O, como ya indica el título en el estricto sentido de la palabra, pura ficción de salvadores ideológicos de la bombilla quienes, al parecer una vez decidida su opinión, no aceptan ya ningún argumento que la podría poner en peligro. Uno por uno se recurrió a expertos dudosos, en parte provenientes de círculos esotéricos, quienes han sido presentados como dignos de confianza y cuyas declaraciones incorrectas, como a menudo se pudo comprobar, se quedaron ahí incuestionablemente. Sobre esta base se construyeron entonces hipótesis inconsistentes e increíbles teorías de conspiración. Esta línea se trazó naturalmente con constancia y maña considerable, pudiendo haber sido engañados profundamente muchos profanos.

Mi opinión personal es que semejantes chapuzas son nocivos de muchas maneras, en este caso ciertamente no solo para los fabricantes de lámparas quienes podrán soportarlo con seguridad, sino también por la intimidación de muchas personas (lo que tendrá consecuencias sanitarias) y su instigación contra supuestamente siniestros UE-burócratas y la tan malvada industria. En vez de mostrar como separar el trigo de la paja mediante concurso de posturas fundadas y opiniones basadas en ideologías, y poder diferenciar entre verdaderos expertos y charlatanes, la película lleva al espectador conscientemente a la confusión mediante por un lado declaraciones falsas y teorías de conspiración desacreditando auténticos expertos, por otro lado dejando que personas con dudosos conocimientos y lógica torcida se presenten como aparentemente competentes expertos. Pero no se trata ya solo de ética hacia personas e instituciones, sino de las bases de nuestra sociedad. Nuestra capacidad para llegar a decisiones racionales mediante diálogo basado en razón e información objetiva es decisiva para la preservación de bienestar, salud y democracia. Lo que se hizo en esta película promueve justo lo contrario: La propagación de informaciones falsas, mentalidades irracionales y malicias que envenenan el diálogo.

A la vista de la postura extremadamente torcida se me vino a la cabeza la idea que se podría tratar de una nueva edición del “escándalo Sokal” (8). Me podría imaginar que un tiempo después del estreno en los cines se publicaría la ya preparada secuela “bulb fiction 2”. Esta corrección revelaría punto por punto como muchas personas, muchos periodistas y redactores incluidos, se dejaron llevar a la confusión, aunque para personas con pensamiento crítico la historia pronto causa sensación de imparcialidad y se desmorona totalmente en un examen más profundo. Por si solo el más que evidente escándalo mediático podría ejercer quizás un efecto curativo y llevar a periodistas, redactores y consumidores a un pensamiento más crítico. Tal proyecto de esclarecimiento me entusiasmaría. Sin embargo no era su intención, y es simplemente una película realmente mala.


Bibliografía


Algunas lecciones:

De las arriba discutidas cuestiones podemos sacar algunas lecciones que tienen importancia también fuera del contexto de la película:



“pruebas” por expertos

De nuevo vemos que para hipótesis totalmente falsas y conclusiones absurdas se encuentra siempre varios “expertos” dispuestos a afirmarlas. Por desgracia títulos académicos como Dr. y Prof. No son garantía de la no difusión de falsedades y sandeces. Obviamente, solo después de haberse procurado una visión del conjunto de distintas opiniones del debate y analizándola críticamente, se es claramente menos expuesto.


Implícitamente falsas suposiciones pasan sin problema

Expertos seguramente se basan en menor medida en falsas afirmaciones empíricas que profanos. Pero también ellos sacan conclusiones fácilmente que se basan en implícitamente falsas suposiciones. En muchas ocasiones se reconocerían rápidamente estos errores si estas suposiciones fueran expuestas explícitamente, pero en la forma implícita pasan muchas veces sin comprobación.

Nota del traductor:
En el siguiente párrafo se usa el término alemán “strommix”, traducido literalmente como “mezcla de corriente eléctrica”. Esta expresión significa, por ejemplo en cálculos relacionados con la  producción o el consumo de energía eléctrica no tener en cuenta las distintas fuentes de esta energía, quiere decir mezclar indiscriminadamente fuentes como carbón, fuel, gas, hidráulica, eólica, nuclear etc.

Un buen ejemplo es el uso, alejado de la realidad, del “strommix” para realizar el cálculo de los efectos medioambientales de las medidas de ahorro energético: La suposición que para la energía ahorrada vale la misma proporción de fuentes que para la producción total, quiere decir que los ahorros se reparten por igual entre todas las fuentes energéticas, manifiestamente no tiene sentido. Esto, sin embargo, se supone implícitamente y continuamente, pasando por alto el error.


Revisar bien las manifestaciones que parecen tendenciosas

Cuando se detecta mediante primeros indicios ciertas tendencias en una película u otra manifestación, vale la pena particularmente revisar con detenimiento sus asertos. Yo mismo estaba asombrado cuantas y cuan llamativas incongruencias salían rápidamente a la luz en “bulb fiction”.  La idea “esto no se podrían permitir de ningún modo, que todo se puede comprobar” llevaría evidentemente a la confusión.


Teorías de conspiración son muy atractivas

El amplio empleo de teorías de conspiración en un documental tendencioso naturalmente es atractivo, ya que de esta forma se pueden ahorrar pruebas: si parece como si fuera de otra forma, simplemente ha sido elaborado de forma particularmente pérfida.

Por supuesto, una suposición no se convierte automáticamente en no digna de crédito solo por sospechar de una conspiración. Sabemos que de vez en cuando existen conspiraciones, por ejemplo en política y economía. Sin embargo ante estas sospechas rigen los mismos requisitos de plausibilidad como en todos casos. Por lo demás, la ética prohíbe atribuir a cualquier persona o institución conspiración malévola sin que existan indicios razonables.


El fracaso de los medios

Este asunto es una vergüenza para el gremio del periodismo. A tropel órganos de prensa distribuyeron a ciegas las tesis del film al parecer sin comprobar absolutamente nada. Ciertamente existió un deber periodístico, en especial porque el film formula aseveraciones insólitas de tal medida. (que muchas de ellas ya circulaban desde hace tiempo en ciertos círculos no exime por supuesto de este deber del buen hacer.) Aun cuando como periodista no se dispone de apenas conocimientos del tema a tratar, deberían saltar las alarmas en el acto, cuando se montan malévolas conspiraciones ciertamente sin indicios concretos, como pasó en el film por ejemplo contra Greenpeace. Para un periodista es cosa fácil, si el mismo no puede valorar el caso, comprobar por ejemplo requiriendo a toxicólogos o expertos en energía, al menos algunas de las afirmaciones a modo de muestras aleatorias. Queda patente que la alegría por una historia suculenta era tan grande, que se perdió todo interés en hacer comprobaciones.

Declaraciones al respecto prácticamente no se han recibido:

-       A comienzos de mayo de 2012 reclamé una declaración al respecto al “Bayerischer Rundfunk” (Radiotelevisón de Baviera) sobre su programa “titel tesen temperamente” (nota del traductor: espacio televisivo de divulgación y actualidad), que comprobó, difundió y encima apoyó integramente lo enunciado en el film. Recibí de pronto una respuesta por correo electrónico, bastante arrogante, del autor del espacio Klaus Uhrig, que no pueda apreciar, a raíz del deficiente nivel de mis reproches, “base alguna para una discusión”. Cuando le expliqué por teléfono que había faltado gravemente a sus obligaciones como periodista, se puso extremadamente nervioso y confesó haber cometido “quizás” una equivocación. Entonces exigí una declaración oficial al “Bayerischer Rundfunk”. El 21.05.2012 me contestaron por escrito, pero aseverando de nuevo que el film “Bulb Fiction” hubiera sido realizado mediante pesquisas serias, sin entrar a fondo en mi crítica bien fundada, y sin admitir el más mínimo error. Exigí inmediatamente una respuesta más sustancial, pero no recibí nada más. Klaus Uhrig me comunicó más tarde que no deseaba más correos de mi parte.

-       El 25.05.2012 le informé a Moritz Gieselmann, uno de los realizadores de “Bulb Fiction” sobre mi crítica on-line, en la que he destapado tantos errores de su film. Ya a comienzos de mayo había manifestado mi crítica a través del formulario de contacto de la página web del film, sin haber recibido respuesta alguna hasta hoy.

-       El 03.06.2012 escribí a “3sat” (tv privada) ya que en su programa “Ausgebrannt – das Ende der Glühbirne” (quemado, extinguido, apagado – el final de la bombilla incandescente) del 19.04.2012 se vertieron aseveraciones muy parecidas a las de “Bulb Fiction”. Aquí tampoco recibí contestación.

-       Muy bochornoso también la distinción “especialmente útil” otorgada a la película por la Österreichische Filmkommission (Austrian Film Commission, AFC). Rogando una declaración al respecto la AFC sin embargo declinaba cualquier responsabilidad por esta distinción, y, por supuesto, sin responder a la pregunta porque se comenta entonces, por ejemplo en la “ORF” (Radiotelevisión pública de Austria), que haya sido la AFC quien ha otorgado la distinción. Solamente me remitieron a la “Film and Music Austria” (FAMA), la cual tampoco asumía ninguna responsabilidad, que esto fuera asunto de un jurado que además valoraría las películas “exclusivamente según criterios artísticos”. El 24.05.2012 conseguí finalmente entrar en contacto con este jurado. De nuevo no ha llegado repuesta aún.


Aparentemente ninguno de todos estos responsables se siente capaz rebatir ni un solo error expuesto en mi crítica sobre su trabajo. Tampoco hay disposición de abordar las consecuencias precisas, ante todo de reparar parte del daño causado mediante una corrección oficial.


Uso de la película en la enseñanza

Muchas personas consideran que la película sería ideal para el uso en la escuela. Se debe estar de acuerdo: puede servir como ejemplo por excelencia para propaganda (nota del traductor: la expresión ‘propaganda’ se usa en alemán no para expresar ‘publicidad’ propiamente dicho, sino más bien una propaganda agresiva, cercana ya a la demagogia), elaborada tan bien que induce miedo y terror en personas no informadas a fondo, pero que se desmorona con un análisis exhausto. Un profesor podría en primer lugar exponer la película para luego mostrar punto por punto como puede engañar un documental tan convincente a primera vista. Y no solo para estudiantes, sino también para muchos periodistas quienes no realizan sus cometidos a consciencia. En este contexto se podría tratar las siguientes cuestiones:

- ¿Cuáles son los mensajes principales del film? ¿cuáles de ellos son los más importantes en los que nos queremos centrar? (probablemente los alumnos se interesarían en especial por los peligros del mercurio.)

- Luego cada mensaje uno por uno:¿da la sensación de ser convincente? ¿se aportan pruebas? O ¿cuáles de las informaciones usadas para apoyar las afirmaciones pueden valer como pruebas, y cuáles deben ser comprobadas? ¿Vale como prueba el testimonio de un experto desconocido? ¿cómo tratamos fuente que se contradicen diagonalmente?



Este proceder de hecho podría dar lugar a importantes pasos de estudio. Por supuesto existe el peligro en que algunos alumnos (como también adultos) se fijan de tal manera en la idea principal que todos los intentos de corregir esta fijación son rechazadas enérgicamente. Esto, si es preciso, con teorías de conspiración: Hasta personas como yo, quienes desde hace décadas nos comprometemos con temas de protección ambiental y de salud y de ninguna manera nos ganamos la vida vendiendo lámparas o recibiendo sobornos, somos acusados de malvados lobbistas sin indicio razonable, y menos con pruebas, solo por enfrentarnos a opiniones aceptadas como indudablemente correctas. Incluso pruebas totalmente claras y fácilmente comprobables no bastan aquí, sino son consideradas más bien como intentos especialmente pérfidas de confusión. (Personalmente lo he experimentado en varias ocasiones, especialmente en comentarios por internet).


Sobre el autor:
Dr. Rüdiger Paschotta, diplomado en física en 1991 y doctorado (con summa cum laude) en 1994 por la Universidad de Konstanz es Fundador, Propietario y Presidente ejecutivo de RP Photonics Consulting GmbH, Bad Dürrheim, Alemania.
Como experto en Tecnología Láser, Fotónica y campos adyacentes, y además de temas relacionados con tecnologías de la energía da soporte a nivel internacional a empresas e instituciones relacionadas con estas tecnologías.
Realizó trabajos de investigación en las universidades de Konstanz, Southampton (Optoelectronics Research Centre), Paderborn y la ETH Zürich.
Ha sido distinguido con varios premios y reconocimientos, entre ellos el Fresnel Prize of the European Physical Society (EPS).
Es autor de numerosas publicaciones, entre ellas:
Das RP-Energie-Lexikon (enciclopedia de la energía)

Declaro haber realizado la traducción de la manera más fiel posible intentando reflejar no solo el mero contenido del artículo, sino también la emoción del autor al realizarlo.
Dado que el Español no es mi lengua materna, ni he cursado estudios de filología, sino los propios de mi profesión ruego y espero que disculpen posibles faltas de gramática, sintaxis u ortografía. Los técnicos de Mantenimiento debemos abarcar muchos campos, pero saberlo todo ya es mucho pedir.


“Richard” Reinhard Klitzing





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